jueves, 12 de abril de 2012

Yo soy mi tiempo (y lo que hago con él)

Un día en el zoo con la familia
Se acabaron las carreras, prefiero pasear y disfrutar del camino... Vivimos envueltos en una vorágine constante, en una aparentemente permanente falta de tiempo. Corremos por la calle arriba y abajo mientras hablamos por el móvil y quizá un segundo teléfono nos vibra con mensajes, whatsup y Correos en el bolsillo. Los niños viven estregados y padecen ansiedad cada vez más jóvenes. Los adultos sobrevivimos con dosis triples de café, té, ginseng y la última terapia natural. El metro silba pero cuando esperamos más de un minuto en el andén nos parece que tarda. Yo he llegado a correr para llegar a yoga o a taichi donde iba a relajarme... Un despropósito que el movimiento slow (o el sentido común, diría cualquiera de mis abuelas) ha denunciado estos últimos años. Pero para mí, se acabaron las carreras. Disfruto más caminando.

Señala Jordi Collell en su artículo "Tu tiempo es oro: eres rico" que llegar o no llegar es una cuestión de método y de elección, y forma parte del entramado básico de la marca personal. Si transmitimos inseguridad, aires de zozobra o simplemente estrés, nuestros interlocutores o nuestro público objetivo, nos percibirán como poco fiables, sin rumbo y se lo pensarán dos veces antes de confiar en nosotros. Alguien que va permanentemente con la lengua fuera da la sensación de estar al límite de sus fuerzas y “¿qué seguridad tenemos de que, a pesar de su buena fe, no nos dejará colgados?” se preguntarán y con razón.


Me ha gustado la reflexión sobre como nuestra gestión del tiempo influye en nuestro estrés y la desconfianza que transmitimos al "estar siempre ocupados".El mito del buen trabajador español , parece ir en sentido opuesto y apuntar hacia la idea que cuanto más ocupados estamos, más y mejores trabajadores somos, más responsables, más eficientes... ¡Qué importa que año tras año las estadísticas de la productividad española comparadas con otros países europeos lo desmientan!  Es uno de los grandes males del ritmo de vida en nuestras grandes urbes, como isleña me escandalizo cada vez que vuelvo de mi cura ibicenca de calma del trasiego que llevamos sin darnos cuenta en Barcelona. Todo son prisas, todo para antes de ayer, urgentísimo, vital... Las horas extras se acumulan como si nada, se dan por supuestas, y parece que en esta época de crisis es impensable cuestionar los horarios laborales interminables, el presencialismo y ls urgencia constante.

Afortunadamente los hay que valoramos el tiempo, nuestro tiempo, por lo que es, oro. Desde que hace años hice un curso sobre gestión del tiempo practico con cuadrantes de asuntos muy o nada importantes o urgentes combinados entre sí. ¡Ardua tarea! Pero práctica, lo reconozco. Y me confieso forofa de las agendeas, digitales o de papel, de las listas en libretas que compro casi por hobby (me encanta estrenarlas, un grave perjuicio a mi sensibilidad ecologista que intento paliar planteándome cada vez si realmente me hace falta una nueva libreta y en todo caso escogiendo la de papel reciclado aunque el diseño de las blanqueaditas con cloro y pintadas con colores de tintas contaminantes me llamen más).

Y tengo la suerte de tener mis raíces isleñas muy arraigadas y de disfrutar como una loca jugando y aprendiendo con y de mis hijos, con los amigos, con las conversaciones, los libros, la comida, la cocina, la fotografía... Y con mi trabajo, la comunicación, las personas, la escritura... En fin, con todas esos pequeños grandes detalles que me convierten en la persona que soy y no en un clon de otra Que me constituyen en una persona feliz y optimista (la mayor parte del tiempo, porque también yo tengo a veces "basuritas" en el corazón como decía Mafalda). Por eso es tan importante saber que el tiempo es oro. Saber gestionar el tiempo, NUESTRO TIEMPO.

1 comentario:

Celia - Hayqueserpositivo.com dijo...

Buenas, Mariela. Ante todo, como he tardado en responder, ¡un mes!, perdona. Pero, feliz casualidad, puedo felicitarte el día de la mujer :) Muchas gracias por tu comentario, me alegra que mis reflexiones te hayan servido y quedo gratamente sorprendida porque te hayan recomendado el blog. Tengo toda la intención de darle caña a partir de ahora, así que espero seguir viéndote por aquí. Un abrazo.

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