jueves, 16 de agosto de 2012

Sé sincero en la entrevista laboral: ¿Qué tres cosas le pides a un trabajo?

Imagen de http://blue-fantasy.blog.com.es/

"¿Qué tres cosas le pides a un trabajo?". Esa es la sencilla pregunta que planteaban en un proceso de selección antes de poder enviar tu currículum vitae. Tan sencilla y tan compleja, como una pregunta trampa, ¿o será que en la búsqueda de empleo somos desconfiados por naturaleza? Casualmente hace pocas horas que leía consejos poco usuales para superar una entrevista de trabajo y la principal era considerar al seleccionador de recursos humanos tu amigo, ser sincero. Y ante esa pregunta simple, difícil, me planteo, ¿conviene mentir en un proceso de selección laboral? ¿Qué es mentir? ¿Y qué tres cosas le pido al trabajo?

En general, la gente miente, mentimos, y nos creemos las mentiras de los demás. Eso sostiene el excelente artículo de la La Vanguardia citado más adelante. Y en los procesos de selección se miente para agradar al entrevistador queriendo ser la copia perfecta del perfil que la empresa busca. Pero los consejos de Alejando Herrera van por otros derroteros:

El gran secreto de las entrevistas laborales es que el 90% de los candidatos ven a los entrevistadores como una amenaza (...) Sin embrago, si logras ver al seleccionador como un amigo, que quiere ayudarte a conseguir ese empleo, las cosas cambian sustancialmente.

Como superar una entrevista de empleo: las cosas “no tan obvias” de los procesos de selección" de Alejandro Herrera.
Herrera habla de ser sinceros ante todo. De simpatía y empatía, de buena educación y buenas formas. El tema de la sinceridad, en contraste con la desconfianza general de los que buscan trabajo frente a las preguntas del entrevistador, en un clima de alta competencia y ahora además de situaciones de desesperada necesidad, es vital y peliagudo en mi opinión.

Lo cierto es que a mi personalmente siempre se me ha dado mal mentir, tengo la sensación, del todo cierta supongo, que se me nota a la legua la exageración o la invención. Cuando oigo de gente que inventa experiencias que no ha tenido, infla responsabilidades o dice tener un nivel de inglés, por ejemplo, muy superior al real, siempre me imagino lo mal que deben pasarlo esos mismos personajes cuando al conseguir el empleo realmente han de hacer uso de esas habilidades o conocimientos que en realidad no tienen. Soy una ferviente defensora de que todo se puede aprender con voluntad, ganas y tiempo. Pero en estos casos no sé yo si el factor tiempo está con los mentirosos. ¿Qué pasa entonces? ¿Cómo gestiona la empresa la desilusión y el fraude? ¿Cómo reacciona la persona pillada en el renuncio?

Como se me da mal mentir sobre mis competencias, habilidades y experiencias, intento ser lo máxima de sincera posible con el entrevistador y sobre todo conmigo misma. Eso no significa, por supuesto, que intente aplicar al máximo mis habilidades de seducción, destacar lo bueno, y ante las posible deficiencias dar siempre una contrapartida. Como por ejemplo mi rápida capacidad de aprendizaje, mis ganas constantes de progresar y aprender y reciclarme, mi curiosidad o alguna experiencia que sin ser exactamente lo que piden pueda acercarse o tener algo en común con lo demandado.

No creo que eso sea mentir. Más bien intentar conocer las debilidades y fortalezas de uno mismo y cómo compensar las primeras con las segundas mientras se mejora. Pero, ¿si el entrevistador ve confirmada alguna creencia o impresión con nuestras palabras, y de hecho él mismo se equivoca exagerando su confianza en nosotros, es eso mentir o participar de la mentira? Un interesante artículo sobre la mentira citaba a Nietzsche: “Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que de ahora en adelante ya no podré creer en ti”. 

La noticia, sin embargo, deja claro que aún con los avances tecnológicos y de la psicología, es muy dificil detectar la mentira y que ésta está bien resguardada

La otra razón que dificulta la detección de la mentira es nuestra propia capacidad de autoengaño. Es lo que la psicóloga Maureen O’Sullivan, de la Universidad de San Francisco, llama “necesidad de creer a los que queremos”.

Aprender a detectar las mentiras. La Vanguardia. 9/08/2012. Luis Muiño.
Aún así... Es que no me fío, no me siento bien, no va conmigo. Prefiero la sinceridad, la empatía, la simpatía, como armas, como aconsejaba Herrera. 

Y ante esta afirmación, volvamos al inicio. "¿Qué tres cosas pides a tú trabajo?". Una pregunta sencilla que todo el mundo debería saber contestar en el acto. Y sin embargo, ante ella, te quedas parado y en microsegundo aparecen dudas: ¿habrá alguna respuesta correcta? ¿Qué pretenderá el seleccionador o la empresa que diga ante esta cuestión? Si digo que quiero un salario digno y una buenas condiciones laborales, ¿pensarán que soy una sindicalista radical? Y en tal caso, ¿es eso malo? ¿Es positivo o negativo que sea una persona que defiende sus derechos? ¿Será visto con buenos o con malos ojos que declare públicamente que soy una persona a favor de la conciliación laboral y familiar? ¿Pensarán que porque quiero conciliar soy una persona que se implica poco en su trabajo o por el contrario valorarán como positivo que sea una persona que tiene más vida que el trabajo, que disfruta con su tiempo libre y lo usa para crecer como persona de modo que eso repercute en su buen modo de hacer las tareas laborales? 

- Pst, pst - llama la conciencia a los pensamientos desbocados - será mejor que contestes con sinceridad. De todos modos, si la empresa tiene un ambiente de trabajo feroz, con horarios imposibles de conciliar con ninguna vida personal, con pocas oportunidades de promocionar o con un salario de miseria, ¿realmente te interesa trabajar con ellos? ¿Seguro? ¿Seguro, seguro? Y, ¿durante cuánto tiempo? 

Es verdad, sinceridad, ya lo decíamos. Así que hagamos un ejercicio importante, pensemos lo que queremos pedirle al trabajo. En un mundo ideal, tú mundo ideal, ¿qué tres cosas le pides al trabajo? A mí me salen más de tres, pero las esenciales serían: 

  1. Un ambiente de trabajo feliz: amigable, colaborativo, simpático, empático, responsable, respetuoso.
  2. Un sueldo y una condiciones dignas que permitan a la persona desarrollarse tanto en su entorno laboral como personal. 
  3. La posibilidad de crecer, aprender, conocer, ser creativo y aportar soluciones para mejorar entre todos.  

En un mundo ideal, tú mundo ideal, ¿qué tres cosas le pides al trabajo?

lunes, 6 de agosto de 2012

Denuncia el plagio de San Miguel: Ciudadanos del mundo

Hacer campañas de publicidad originales, de buen rollito y con marcha está muy bien. Yo soy la primera que disfruto conla campañas de verano sobre el sur, con paisajes de Formenra y con historias bien estructuradas. Lo que no me parece tan bien es el plagio, los derechos de autor se piden, se pagan, se agradecen, pero copiar está mu feo. Si también os lo parece, mirad estos vídeos denuncia de un amigo que disfrutó componiendo, cantando y grabando el vídeo de "Ciudadano del mundo", y que vio con decepción los anuncios de San Miguel.



El afectado es Jeppe Tofthøj Rasmussen y su grupo 6m2.
Como dice Jeppe:
"Amigos. Un comentario en youtube vale mas que mil links en facebook"(No sé si es verdad, pero suena muy guai, y no cuesta nada :-)" 
Sólo hay que buscar el canal oficial. Lo que está feo, está feo.  
Y por acabar bien, con la sonrisa puesta, como la que lleva siempre Jeppe, os dejo el vídeo de la canción del 2008:

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