martes, 22 de diciembre de 2015

Nunca es tarde


Lo parece, pero no: nunca es tarde. Bueno, a menos que la muerte esté de por medio. Pero me refiero más bien a cuando sigues vivo y tienes retos, ilusiones, objetivos y sueños. Que parecen inalcanzables, pero no tiene porqué. Si tú quieres. Si realmente quieres y lo pones como prioridad. Lo sé, hay obligaciones, necesidades inmediatas y mundanas, timings, amenazas y miedos. Propios o reales, da lo mismo porque te inmovilizan igual. Lo que está claro es que si no lo intentas no podrás conseguirlo seguro. 

No te ha tocado el gordo. Lo sé. A mí tampoco. Y aunque de ilusiones se vive no vas a quedarte parado hasta el próximo sorteo de lotería, o sí? O todo lo que deseas requiere tener la cuenta del banco llena? 



Nunca es tarde. No para estudiar ni para trabajar ni para cambiar de rumbo. No digo que sea fácil. Ni siquiera que debas hacerlo. Dudo que puedes. Intentarlo por lo menos. Porque es posible que aún queriendo y luchando no llegues tan lejos donde pensabas o puede que ni siquiera preveas dónde te va a llevar. Pero te habrás movido, estarás vivo en vida, puede que te abra puertas o que cierres capítulos que jo sabes porqué estaban aún abiertos. 

Hablo de estudios, trabajos y, por qué no, de dinero. Pero no sólo. Ni siquiera es lo más importante. Porque nunca es tarde para empezar a hacer ese deporte que te apasiona, para comer sano, para aprender a cocinar, para disfrutar, para besar o abrazar o conocer nuevos amigos o lo que sea... 

Ahora que llegamos a final de año y que harás balance y escribirás tu lista de deseos para el 2016, esa que quizá pierdas en un bolsillo agujereado o en el cajón del mes de abril como cantaba Sabina, ahora, antes de COGER el boli, recuerda, NUNCA ES TARDE! 

Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo




miércoles, 9 de diciembre de 2015

Necesitas un plan


Necesitas un plan. Y como diría el meme de Julio Iglesias, "y lo sabes". Da pereza, "quita tiempo", es "una pesadez", pero lo necesitas. Porque como dice la frase que destaco hoy, "cualquier objetivo si carece de un plan sólo es un deseo".

Desear está bien. A mí me encanta tener objetos de deseo. Dejarme seducir. O luchar por ser yo la seductora que se lleva el gato al agua (de eso va todo esto, sea cuál sea tu deseo). Pero francamente, si te quedas sólo en la fase de deseo y no tomas algunas decisiones sobre hacia dónde te vas a dirigir para conseguir tu meta, cómo vas a hacerlo, con qué recursos (qué tiempo, qué energía, qué dinero incluso) es posible que se te quede en amor platónico. Luego no quiero lamentaciones en plan "es que todo me pasa a mí", "es que a mí nunca me toca nada", "es que, es que, es que...". Es que, si  no compras lotería, no pierdes (dinero), pero tampoco ganas... Es un ejemplo extremo, ya sabemos que la lotería le toca a poca gente y que además por lo que dice la estadística no es la panacea porque a los 10 años de media la gran parte de los multimillonarios de bote se han arruinado. Pero eso es harina de otro costal, ¿qué hacemos con nuestros deseos, con las metas, una vez lo hemos conseguido?

La cuestión es que en mi experiencia laboral (también en la personal, pero vamos a centrarnos en la laboral) es difícil que consigas tus objetivos si no te fijas un plan. Más que nada porque corres el riesgo de ir como pollo sin cabeza por el mundo. Y puede que aciertes, de chiripa, por intuición. Pero lo más probable es que metas la pata, que no consigas todo lo que hubieras podido, que lo consigas pero con errores y esfuerzos superfluos que podrías haber evitado o que te quedes por el camino sin saber muy bien cómo has llegado al punto en que estás ni porqué.

  • Es como decir que quieres ser médico pero no hacer nada por entrar en la facultad de medicina, estudiar y sacarte la carrera. 
  • Como decir que quieres ser campeón del halterofilia y seguir en tu sofá sin mover un músculo. 
  • Como pretender vender con el contenido de tus redes sociales pero compartir sólo gatitos monos que nada tienen que ver con tu producto o servicio. 
  • Como querer salir con aquella chica y quedarte tímidamente en la barra sin acercarte siquiera mientras ves como se va de la discoteca. 
  • Como... Seguro que se te ocurren miles de ejemplos... 


Así que, sí, necesitas una estrategia. Y lo sabes. 

Y no, no debería darte pereza, porque te va a ahorrar tiempo y disgustos.

Y no, no es una pesadez hacerla. A mí me divierte, incluso. Me encanta imaginar lo que puedo llegar a ser, dónde estoy ahora y cómo llegar al punto al que quiero llegar. Me encanta ponerlo en práctica. E ir corrigiendo los errores que inevitablemente, si me fijo, voy a encontrar en la teoría que hice sólo con la cabeza y la imaginación. Porque es difícil que podamos prever qué sucederá con el entorno, el contexto, la reacción de la gente. Lo tenemos que intuir y hasta intentar plasmar, pero luego siempre nos sorprenden.

Es emocionante introducir modificaciones pero seguir con el plan. Y es emocionante conseguirlo. Incluso no conseguirlo pero haber llegado a un punto al que no estabas, quizá con nuevos deseos, metas, objetivos. Porque la vida cambia. No todo se puede planear. No todo sale como lo imaginaste. Y eso es la vida, es hermosa así. Pero no caigas en el error de pensar que tener un plan es aburrido. Es como una manera de vivir las cosas dos veces. Con la imaginación. Y luego la real.

Algunas citas más de regalo:

  • “Tu naciste siendo un ganador, pero para ganar debes planear ganar, estar preparado para ganar y esperar ganar”. Zig Ziglar.
  • “Un buen plan es como un mapa: muestra el destino final y generalmente la mejor manera de llegar a él.” H. Stanley.
  • “Una meta sin un plan es simplemente un deseo.” Larry Elder.
  • “Planificar no significa saber qué decisión voy a tomar mañana, sino qué decisión debo tomar hoy para conseguir lo que quiero mañana”. Peter Drucker


Así que... ¿Cuándo dices que vas a hacer tu próximo plan?


PD: Quizá te interese "Si el contenido es el rey, la reina es la estrategia" ;)

viernes, 4 de diciembre de 2015

El trabajo y el equilibrio



Sube. Sube a la montaña. Esa, la que piensas que está lejos. La que has dejado para más tarde, cuando tengas tiempo, o ánimos, o fuerzas. Sube. Aunque sea para llegar al primer rellano y sentarte a contemplar los 100 metros que has hecho. Sube, hoy, máximo mañana. 

Hablo de tus objetivos laborales y de estudios, si quieres. Pero no solo. 

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