Las ideas, como los embarazos, hay que llevarlos hacia adelante. (c) Celia |
tranquilo? ¿Cuándo te emocionas sólo con pensar en que un sueño largamente anhelado se haga realidad? ¿Tanto qué muchas veces te has echado atrás con excusas insuficientes en el lindar de la puesta en marcha de esa idea? Nosotros mismos somos nuestro obstáculo más insalvable; cometemos innumerables errores "para escoger una profesión con futuro". Y este artículo es una pincelada a los míos y la propuesta de enmienda que ya ha empezado. Porque siempre estamos a tiempo. Siempre.
Tenemos muchas autoexcusas: "empezaré mañana, o mejor la semana que viene", "cuando tenga un trabajo estable", "en cuanto acabe la carrera, el curso o lo que sea que estés haciendo". Y nos boicoteamos, sutilmente, aplazándolo todo para otra ocasión mejor.
No hay mejor momento que ahora:
Pero os voy a descubrir una cosa, no existe ocasión mejor; no hay escenarios ideales. Y cuando no sea porque estas estudiando, será porque trabajas mucho, o porque estás en paro, o porque ahora no tienes pareja, o porque tienes hijos... No importa si estamos hablando de que dejes ese trabajo que te amarga para establecerte por tu cuenta, si es sobre declararle tu amor a esa chica que te invade le sueño, si es cuestión de dar un giro a tu carrera laboral estudiando lo que de verdad te motiva o si es sobre hacer el viaje que llevas años aplazando para una mejor ocasión.
Sí, he cometido todos o casi todos los errores detallados por Alfonso Alcántara en su excelente artículo "LAS 10 FORMAS DE ELEGIR MAL LOS ESTUDIOS" que os recomiendo leer aunque sea de hace unos años. En resumen: no, nunca hasta ahora tuve un plan de marketing para mi misma bien definido. Nadie me explicó lo importante que era pararme a pensar y planificar en vez de dejarme en manos del "destino", trabajar por un objetivo concreto más allá de ganar el dinero del alquiler. Por fortuna, sí acerté con el periodismo, la comunicación y confluyeron mis gustos, pasiones y habilidades en una profesión; me mantuve enfocada en la comunicación y la escritura.
Por supuesto, no estoy abogando por que lo dejéis todo tirado, por que os olvidéis de la hipoteca que hay que pagar o por que de pronto no paséis ni una hora al día con vuestra familia. Todo tiene su tiempo. Pero tampoco es necesario abandonar aquello que nos hace vibrar y aparcarlo siempre con una excusa tras otra. Si lo piensas bien, sin ponerte barreras mentales nada más empezar, seguro que hay un modo. A lo bruto y con valentía, rompiendo moldes, o metiendo la patita tímidamente. Pero hay un modo. Seguro.
Esta reflexión no es una paranoia que ha nacido ahora de una noche de insomnio. Surge de la necesidad de gritarle al mundo la emoción que me embarga porque estoy a punto de superar mi propio muro de contingencia.
De cómo la niña que quería ser escritora, pensó ser psicóloga para trabajar de asistente social pero acabó siendo periodista:
No hay momento en la vida en que no haya soñado ser escritora. Cuenta cuentos, novelista, biógrafa, poeta... Ya quería serlo con cinco años cuando escribía en un cuaderno los cuentos que mi padre inventaba por las noches junto al fuego de la chimenea. Y a los diez, cuando todo lo importante de mis emocionantes días era detallado en largas cartas y diarios. O a los catorce y los dieciséis cuando me presentaba a algún concurso de relatos con una emoción mal disimulada y terror ante el fracaso -que no gustara, que no me leyeran-.
Pero, ¿qué se estudia para ser escritora? Porque había que estudiar algo para el futuro, eso era impepinable. ¿Filología, literatura? ¿ o simplemente se estudia? Por aquel entonces se imponía el pragmatismo, "sé sensata, Celia, ¿de qué vas a trabajar para ganarte la vida?" Quise ser médico, pero el asco por la sangre y las vísceras dejaron el proyecto para un universo paralelo. Pensé ser asistente social, ayudar a otras personas se me antojaba un trabajo muy gratificante. Pero eso era sólo una "diplomatura" y yo tenía tan buenas notas, qué lastima que con mis excelentes notas no quisiera hacer una licenciatura, me decían tutores, profesores y padres. "Está bien, seré psicóloga para trabajar de asistente social, así todo el mundo contento", pensaba muy ufana de haber encontrado la solución ideal. Pero... Psicología lo podía hacer en Valencia e ir a vivir como una hija más con unos amigos de mis padres más bien estrictos, y mis amigas del alma iban a Barcelona. En la entrega de un segundo premio de relatos el director de mi instituto dijo, "con la facilidad que tienes para escribir deberías ser periodista". Ummmm, la carrera era en Barcelona (y en Valencia no había), me apasiona escribir, tenía nota suficiente... Y ahí se gestó mi carrera comunicativa, descubriendo todo lo que daba de sí la profesión. Podría seguir detallando cómo con los años seguí dando tumbos "por azar" con más o menos fortuna. La necesidad de dinero para pagar la carrera, las ganas de experiencias, buenas relaciones o malos despidos o mejores oportunidades me llevaron algo a la deriva por el mundo laboral.
Pero lo que siempre quedó relegado para cuando pudiera y tuviera más tiempo fue escribir mis cuentos y novelas, ese "ser escritora". Ahora una relación pasional, ahora una boda o tener hijos, o un trabajo de horas y horas extras no reconocidas, o viajar con amigos, o la falta de rutina y el cansancio, o estar en paro estudiando y buscando trabajo... La escritura se amontonaba en borradores en servilletas de bar, libretas, hojas sueltas, cajones con escritos de noches de insomnio.
Nunca es tarde si la dicha es buena
Pero ya he dicho "suficiente, ya basta". Da igual si tardaré una semana o tres meses. Empecé por este blog, por el de los gemelos para mantener a la familia informada, y ahora voy a dar un paso más. Está en proceso una web literaria donde compartir cuentos, poesías y relatos diversos. Donde poner y superar retos, proponer ejercicios creativos, donde exponerme al público... Y lo mejor es que el viaje será acompañada del grupo de "LiterAltura" que fundamos hace una década varios apasionados de la creación literaria. Durante unos años nos reunimos, pusimos deberes, escribimos, corregimos y compartimos. Pero de pronto faltó el tiempo de seguir reuniéndose. Ahora no hay excusa, les he dicho tras unos años, las nuevas tecnologías nos ponen en bandeja crear LiterAltura online. Todo confluye. Darme cuenta que no se pueden postergar eternamente los sueños. Mi experiencia como periodista, bloguera y cominicadora. Las ganas, intactas.
Nunca es tarde para construir una marca personal. Para volver a la raíz de lo que nos hace ser especiales. Para pensar, planificar, ponerse manos a la obra. Así que... Seguiré siendo comunicadora: ofreceré mis servicios de copy, redactora, periodista, community manager y relaciones públicas a través de una próxima web profesional (la transformación de este blog se avecina, os lo anuncio). Seguiré buscando activamente un trabajo en el mundo de la comunicación. Pero como dudo que los relatos eróticos o de experimentos refaccionases tengan cabida en este servicio más profesional, no pienso dejar relegada la escritura personal -la que no me pagan, en la que digo cualquier cosa... Cualquiera-. No la dejaré relegada de nuevo. "LiterAltura" también se avecina. Y un libro sobre NesBcn... El futuro toma forma. Y el tuyo, ¿ya has decidido cómo, cuándo, hacia dónde y con quién tomará su rumbo?
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