La importancia de no perder la pasión ni con la edad
Según los expertos, el juego en adultos influye desde en su capacidad de trabajo hasta en su salud. Señala Ecolife:
(...) la importancia del juego; no sólo en la niñez, sino como una actividad fundamental para el ser humano en todas las etapas de su vida. En esa charla, y en su libro “Play: How It Shapes the Brain, Opens the Imagination, and Invigorates the Soul” (El juego: cómo moldea el cerebro, abre la imaginación y vigoriza el alma) el doctor Stuart Brown, director del Instituto Nacional del Juego en Estados Unidos, muestra a través de sólida evidencia científica desde distintas áreas del conocimiento cómo jugar es importante no solo en la infancia sino durante toda la vida.
De acuerdo con Brown algo que tienen “en común ganadores de premios Nobel, empresarios innovadores, artistas e intérpretes, niños equilibrados, parejas y familias felices, y los mamíferos más exitosos en adaptarse al entorno” es que juegan con entusiasmo durante toda su vida.
Por su parte, estudios demuestran que quienes llevan una vida ajena al juego, tienen un riesgo mayor de sufrir enfermedades relacionadas con el estrés, problemas de salud mental, adicciones y violencia interpersonal.
Volviendo al origen: ¿Bailamos?
¿De verdad es bueno que los niños -y los adultos después de largas jornadas laborales- hagan miles de actividades extra escolares, escolares, con nosotros los padres, para, supuestamente desarrollar el intelecto, aprender idiomas, saber matemáticas y ser desde la cuna pequeños genios si no les divierte ni apetece? Otra vez, no. Deberían tener tiempo de descansar, imaginar, ensuciarse, hacer ejercicio, relacionarse con sus amigos, pelearse y reconciliarse, leer, hablar e incluso, muy importante, aburrirse. Sí, sí, aburrirse. Me parece esencial para el sano desarrollo de cualquiera.
El vídeo con el que se estrena JAF Producciones hace un alegato favor de un mundo menos loco, menos consumista, con algo más de inteligencia emocional. Como díc. ellos mismos:
El propósito de este vídeo es recordar a los padres sumergidos en una dinámica cultural de trabajo y consumo, que los niños son niños, y que deben jugar y disfrutar su niñez y apoyarlos en sus metas y sus sueños y por supuesto... jugar con ellos. La obsesión por procurarles lo mejor, nos puede cegar y hacernos olvidar las cosas que dan sentido a nuestra vida, transmitiéndoselo también a ellos.
Os lo recomiendo encarecidamente para que hagamos un alto en el camino y pensemos un poco. No sólo en los niños y lo que les transmitimos. Si no incluso en nosotros mismos y lo que nos llena y hace felices y en qué dedicamos nuestro propio tiempo. Enseñar con la práctica que es importante realizarse y hacer las cosas con pasión también es importante.
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