Si mi hijo es gay lo que pasa es que...
- sigue siendo mi hijo, y le quiero lo mismo.
- sigo admirando sus cualidades.
- sigo quejándome de sus defectos.
- sigo queriendo que disfrute del amor.
- y de la amistad.
- y de la familia.
- sigo queriendo que pueda estudiar y trabajar en lo que le apetezca más.
- me sigue pareciendo natural que le guste bailar.
- me sigue pareciendo estupendo que se disfrace, de pirata o de princesa, de vaquera o de enfermero.
- quiero que sea feliz.
No, no soy una ingenua, aunque a veces lo parezca (o me lo haga). Sé que si mi hijo es gay sufrirá miradas de soslayo, rumores y malas lenguas. Sé que podrían discriminarle en el trabajo y que algunos amigos -supuestos amigos más bien- le darán de lado. Sé que tendrá que oír que es una enfermedad curable, un pecado, antinatural y no sé cuántas sandeces más. Y eso en el mejor de los casos.
Porque si mi hijo resulta que es gay, tendrá suerte de vivir en España donde puede casarse con su pareja, si quiere. Podrá ir por la calle de la mano de su novio y besarle, mal que le pese a quién sea. Podrá vivir con él sin tener que disimular ni hacer ver que tiene una vida heterosexual "normal". Tendrá la suerte de vivir en un país dobde no le matarán ni torturarán ni perseguirán por sus preferencias sexuales y sentimentales. Aunque ni siquiera eso es una garantía porque la homofobia, lo hemos visto recientemente en Orlando, está demasiado presente en el mundo. Y es que el mundo está loco. Sólo hay que ver los escalofriantes datos de Amnistía Internacional año tras año:
- Un total de 13 Estados y territorios castigan con la pena de muerte las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo.
- 73 Estados criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo: 33 en África, 23 en Asia, 11 en América y 6 en Oceanía.
- Según datos de la Agencia Europea de los Derechos Fundamentales, 7 de cada 10 personas LGBTI ocultan su orientación sexual y/o su identidad de género durante la etapa escolar.
Para que todo esto no siga sucediendo deberíamos empezar por reflexionar en cómo educaos a nuestros hijos:
- Les hablamos con normalidad de diferentes tipos de relaciones?
- Porqué preguntas al niño si tiene novia y a la niña si tiene novio? No hay más opciones?
- Te relacionas con amigos y familiares LGBT?
- Tienes algún cuento, película, material que refleje estas opciones?
No hace falta esperar a "descubrir" que tu hijo es "diferente" para educarlo en la diversidad, el respeto y el amor. O esperas a que se transforme en negro para hablar de racismo? A que sea mujer para hablar de igualdad entre hombres y mujeres?
Así que si mi hijo es gay (o los dos lo son o alguno es bisexual o transexual o lo que se sienta), pues... Nada. Nothing. Todo sigue igual. Que no hace falta salir de ningún armario en esta casa porque la ropa la aireamos sin pudor. Y ya'sta.
Feliz Día del Orgullo a tod@s!!!
PD: he encontrado algunos enlaces informativos interesantes. Por un Día del Orgullo LGBT reivindicativo. Él amor es amor. Y punto (pelota)!
https://diversidadycoeducacion.com/tag/homosexualidad/
http://www.educaplay.com/es/recursoseducativos/tag/homosexualidad
http://diversidadafectivosexual.blogspot.com.es/?m=1