Recomendación 1 para tu marca personal: escribe un blog
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Y lo comparto, afirmo y sostengo como periodista, amante de la comunicación y persona convencida de la importancia de la marca, personal, la de fuera de las redes (véase la reputación y la confianza de toda la vida) y la de dospuntocerolandia (que al final tanto monta que monta tanto porque todo está relacionado y quién se hace pasar por quién no es en la red es pillado en la boda real).
Peeeeroooo... Porque siempre hay un pero, piénsalo bien y pregúntate:
1. Si te gusta escribir o lo disfrutas suficiente como para que tu blog no vaya a ser o bien un desierto o bien una tortura china.
2. Si vas a asumir el compromiso. Ni que sea una vez a la semana, o cada quince días o al mes. Los Gurús dirán que es poco, pero en mi opinión más vale poco pero regular y de calidad que ir regurgitando cualquier cosa y que encima no sea original (no de sorprendente, necesariamente, si no tuya).
3. Si vas a tener tiempo. Que el tiempo se saca, se prioriza, se tiene si se quiere. Pero sé realista con tus deseos, ganas u capacidades.
4. Si tienes algo que aportar de algún tema. Que en mi opinión todos tenemos siempre algo que aportar. No tiene porque ser necesariamente sobre tu trabajo (actual). Puede ser sobre tu pasión, la que sea. No serás tan raro que nadie más en el mundo se interese por lo mismo que tú.
5. Y al hilo de lo anterior: si hay alguien a quién le pueda interesar lo que dices.
Y aquí hago un inciso: te harás esta pregunta si pretendes crear marca conscientemente sobre un ámbito y quieres que se te reconozca en el mismo y si, por tanto, quieres que alguien te lea. También puedes escribir por gusto, como yo misma, y que sea lo que Dios quiera. Eso sí, te advierto que quieras o no lo que digas te acompañará a la tumba como tu sombra. Sí críticas y despotricas contra todos, serás reconocido como un Pitufo Gruñón, si cotilleas, pocos te confiarán secretos. Y es que, "matarás un perro una vez y te llamarán mataperros para siempre".
Y aquí hago un inciso: te harás esta pregunta si pretendes crear marca conscientemente sobre un ámbito y quieres que se te reconozca en el mismo y si, por tanto, quieres que alguien te lea. También puedes escribir por gusto, como yo misma, y que sea lo que Dios quiera. Eso sí, te advierto que quieras o no lo que digas te acompañará a la tumba como tu sombra. Sí críticas y despotricas contra todos, serás reconocido como un Pitufo Gruñón, si cotilleas, pocos te confiarán secretos. Y es que, "matarás un perro una vez y te llamarán mataperros para siempre".
Recomendación 2: define y limita
Lo ideal es además tener redes sociales con perfiles que refuercen con sus contenidos (propios o "curados") el mismo mensaje. Y no, no hace falta que estés en todas. Escoge aquellas en las que te sientas más a gusto y las que mejor encajen con el tipo de personas a las que quieres llegar.
Y, si eres un hacha de la organización de tu tiempo personal y del networking, que escribas para otros medios y blogs de referencia en tu ámbito para reforzar tu marca y para crear una red de colaboración.
Por supuesto, como decía antes, sería recomendable que escribieras un mínimo de dos post a la semana, participaras en otros blogs (a tí te gusta que te comenten y a los demás también), difundieras, opinaras, rebatieras en tu propio blog, invitaras a otras firmas a participar...
La cuestión es: focaliza. Y no hay más modo de hacerlo que poniendo tu empeño y esfuerzo en eso que estás creando.
Problema 1: las múltiples personalidades
Ahora bien, puede que te suceda como a mí y que tengas múltiples intereses y personalidades. A mi me ha pasado siempre, no es nada nuevo. Ya al tener que decidir los estudios me debatía entre periodismo, filología hispánica, filología francesa, antropología, sociología, psicología, trabajo social, medio ambientales e incluso medicina. Ganaron las letras y la comunicación.
¿Solucionada la indecisión? Ni mucho menos; si por mi hubiera sido, habría vivido estudiando. Me debatía entre echarme a los brazos de la comunicación corporativa y las relaciones públicas en gabinete de prensa, que tenía mucha mas salida profesional (cuestión de pagar el alquiler, en parte); ser reportera, de temas sociales y de investigación, especialmente; o tirarme a los brazos de la radio que me encanta.
Y después de años escribiendo de todo y para todos inicio un blog. ¿De qué hablar? Por marca personal profesional, comunicación, ¿verdad? Pero, ¿qué hago con esas reivindicaciones de tintes políticos o con las reflexiones pseudo-filosóficas que me asaltan a veces? No parece que encaje mucho. Sobre todo porque la máxima de un blog es pensar en la comunidad: ¿qué le interesa a mi lector? Y los que buscan temas de social media puede que no quieran saber nada de mi #hayqueserPOSITIVO.
Problema 2: abarcar más de lo que se puede (realmente):
Bueno, pues empecé un blog personal porque sí, porque quería escribir cosas que me interesasen, que fuera mi diario (siendo consciente que es público), donde poner apuntes de todos esos cursos y conferencias a las que asisto constantemente, que recogiera los artículos desperdigados que he ido publicando en otros lugares, en que hablar de mi maternidad o dar mi punto de vista sobre el mundo que nos rodea... Una especie de "La vida según Celia Ramón".
Pero, alto ahí!, algo chirría... ¿Comunicación y maternidad? ¿Cursos y opiniones políticas? En breve separé la faceta más profesional de la personal. Entre otros porque el blog de los mellizos nació para que la familia de fuera los sintiera más cercanos y les importa literalmente un rábano mis reflexiones sobre comunicación. Y claro, tuve que dividir mi Twitter en dos alteregos porque no había modo de casar una cosa con la otra. Y a mí, hablar de cosas poco serias y menos sesudas y hacerle campaña a las #malasmadres o seguir a la comunidad bloguera materna también me gusta. Así que... Desdoblamiento.
Ala, ya tenía dos blogs y dos cuentas de Twitter. Pero me quedaba una espinita: escribir relatos y poemas, algunos ñoños, algunos picantes y otros directamente descarados. ¿Qué hacer? ¿Ponerlo todo en el blog profesional? No pega. ¿En el de los niños? Tampoco. Y así nació LiterAltura, reproduciendo online esas maravillosas tardes de retos literarios en compañía del grupo al que he liado para que se sumen al carro.
Y aquí lo tenéis. Desbordada. Llena de ideas. De ganas. De letras. Pero desbordada. Sin focalizar ni ser del todo constante porque no doy más. Y porque sí, priorizo los tiempos con mis hijos en el mundo real y en vez de escribir me dedico a modelar barro, pintar con acuarelas, hacer castillos de arena (literalmente), bailar el dichoso Gangnam Style mal que me pese y leer cuentos. Y para cuando llegan las diez de la noche y están dormidos y redescubro a mi pareja y me siento, por fin, pues oye, no siempre hay ganas.
Yo sólo espero que vivir la vida también pese en positivo en mi marca personal, más que mi blog.
Gracias por leerme hasta aquí. Y si sabéis cómo convertir las horas en semanas, avisad :)
Gracias por leerme hasta aquí. Y si sabéis cómo convertir las horas en semanas, avisad :)
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